NEG - Una pequeña introducción
La ciencia económica despliega sus redes por un abanico amplio y extenso de áreas de estudio con las que intentar entender, a través del análisis, el comportamiento del mundo económico.
Una de esas áreas de estudio es la Nueva Geografía Económica, o NEG a partir de ahora, que estudia, grosso modo, la distribución de la actividad económica en el espacio, así como las fuerzas que conforman esta distribución y los efectos derivados de la misma.
El espacio en el análisis espacio-temporal.
En un análisis microeconómico estándar, la actividad económica se lleva a cabo en algún hipotético lugar en el que la actividad económica no sufre los efectos derivados de unos costes de transporte que, en la práctica, son difíciles de obviar. Veremos los efectos de esta consideración con detenimiento cuando explique el teorema de imposibilidad espacial de Starrett.
Lo cierto es que el tiempo, una de las claves en el análisis económico, sí que ha tenido un desarrollo mucho más profundo (crecimiento, expectativas, teoría de juegos secuenciales, evolutionary economics, modelos dinámicos de macro, discretos y continuos…), de forma que es difícil pensar en un modelo económico moderno que no lo incluya de alguna manera. Sin embargo, el espacio, como elemento característico de análisis, ha tenido un recorrido más taimado, al menos hasta la explosión derivada del resurgimiento de la presente rama tras el paper de Krugman de 1991, Increasing returns and economic geography, que enmarca los elementos principales por los que discurre la NEG, y que veremos al explicar el teorema centro-periferia.
Baste en esta pequeña introducción con explicar que, para presentar el espacio en el análisis económico, partimos de dos elementos necesarios:
Un cierto límite en la cantidad de actividad económica que puede originarse en un cierto lugar o región (superior, derivado de una cierta congestión, o inferior, derivado de la inmovilidad espacial de cierto sector de la población). Es decir, establecer de forma exógena la existencia de estas regiones. Costes en el comercio entre dos regiones. En términos clásicos, cada región puede ser entendida como un mercado, en el sentido de que dos puestos de venta idénticos (en todos los sentidos) situados en un mismo mercado venderán lo mismo y obtendrán el mismo beneficio.
Dos regiones se diferenciarán porque, entre ellas, existe una separación (entendida en sentido amplio, es decir, no tiene por qué ser solo física) que afecta a la forma en la que se relacionan, ya sea que la población no pueda moverse libremente entre ellas, o que exista un cierto coste de transporte al mover los bienes de una a otra, o un contexto institucional marcadamente diferente. Sin embargo, estas regiones se interrelacionarán en un macro-espacio (área económica), siempre que esta separación no sea demasiado alta. El grado en el que dos (o más) regiones se relacionen determinará la forma que toma la distribución de la actividad económica entre ellas.
Huelga decir que suponer que no hay costes de transporte (es decir, en ausencia de “separación” entre las regiones) sería tanto como decir que hay una sola región, por lo que no hay distribución que estudiar. Caso parecido sucede si los costes son tan altos que no existe relación económica entre ellas.
Podemos por tanto delimitar un poco mejor a qué nos referimos con “regiones” o “áreas económicas” en el contexto que estoy utilizando. Suponiendo de base que existen ciertos costes de transporte (característica más común de la separación derivada del espacio):
Área económica: Conjunto de regiones que mantienen una relación económica con un cierto grado de libertad de mercado, esto es, con una cierta movilidad entre regiones de su población, y unos costes de transporte derivados del espacio. Regiones: Espacio económico con un grado de libertad de mercado máximo dentro de las mismas (es decir, el comercio que sucede dentro de la región no se ve influenciada por estos costes de transporte). El término que he empleado como “región” es una simple categoría espacial. Puede indicar ciudades (que se relacionan en una comunidad autónoma), comunidades autónomas (que se relacionan en un país), o países (que se relacionan en el mundo). Y hasta que no empecemos la conquista intergaláctica lo dejaremos ahí.
Así, la NEG estudia como se conforma el tamaño y la estructura productiva de regiones que se relacionan entre sí, a partir de las características de cada una y el grado de relación existente entre ellas en una misma área económica.
El espacio no implica, solo, comercio.
Los análisis sobre el comercio entre dos regiones, o dos países, han sido analizados desde los comienzos de la ciencia económica. Por este lado, la NEG no presenta ninguna revolución.
Desde la nueva teoría del comercio internacional hasta los modelos macroeconómicos que incluyen sector exterior, la inclusión de “algo externo” al propio espacio de análisis ha sido un elemento in-crescendo a la hora de estudiar el mundo real a través de modelos formales. Pero estos modelos suelen incluir de una manera sistemática el comercio de bienes y servicios, delimitando de forma exógena el número de agentes y la propia estructura productiva de un determinado país.
La NEG, en cambio, incluye la movilidad del capital, de las empresas o de los trabajadores, como parte fundamental del análisis. El capital irá allá donde encuentre un mayor rendimiento, las empresas allá donde obtenga un mayor beneficio, y los trabajadores allá donde le paguen un mayor salario (real).
Estos movimientos, que se determinan a partir de los resultados económicos del proceso de producción y consumo (beneficios, salarios, precios) son, por tanto, endógenos. La distribución de la actividad económica, esto es, el equilibrio que se alcanza cuando todos los agentes han decidido donde localizarse y no tienen incentivos a cambiar es, por tanto, el eje central de estudio de la NEG.
Micro – Meso – Macro
La NEG se enmarca dentro del análisis microeconómico, en tanto en cuanto la base principal es el estudio del comportamiento de los agentes, estudiados como empresas y trabajadores. Sin embargo, tiene ciertos elementos que hace que sus conclusiones se encuentren en el plano mesoeconómico (industrial y regional) y, por tanto, puedan extrapolarse al macroeconómico.
Una de las partes empíricas de la NEG trata de las especializaciones productivas de las regiones y países, algo que conforma el modelo productivo que, incluso a largo plazo, puede tener mucho que decir para el crecimiento económico.
Dos elementos fundamentales son parte intrínseca de la microfundamentación de la NEG a la hora de analizar la estructura industrial productiva y el consumo.
La introducción de economías de escala o rendimientos crecientes a escala y externalidades. La introducción de variedades, o marcas, de forma que el producto no sea un bien homogéneo sino diferenciado. Esto va a permitir, por un lado, generalizar lo que es un sector específico en sectores más amplios (con características comunes), y , por otro, dotar de cierta realidad el contexto económico en el que para producir hay que recaer en ciertos costes hundidos. Esto reflejará que aun en un contexto de entrada y salida libre de empresas exista una competencia imperfecta que genere beneficios empresariales.
En los siguientes artículos daremos cuenta de todo esto en profundidad, partiendo del contexto histórico, pasando por el análisis de las bases o postulados empleados y acabando en las conclusiones más relevantes. Y una vez acabado el “main core” de la NEG, podremos dar cuenta de las extensiones, otros modelos, nuevos avances y curiosidades con un background económico bien afianzado.